13 enero 2013

Sí, española de España.

Hola!!

Pues ya estoy aquí. Ya he superado el desfase horario y me he acostumbrado a mi nueva casa, a mi nueva cama y a mi nueva "familia". 

El viaje fue toda una odisea... más de 24 horas de periplo, así que cuando llegué no sabía ni andar casi, ni qué hora era, ni qué día, ni dónde estaba... Y un tembleque en el cuerpo que pa'qué... Una buena cura de sueño me puso las pilas. 

Realmente esto es otro mundo. Todo es enorme, todo está lejos, a todas partes hay que ir en coche, pero tienes todo lo que puedas imaginar... 

Todavía he visto muy poco, pero hablaré de las cosas que más me han llamado la atención. 

Lo primero es la diversidad de gente que hay. Hay de todo, incluso razas que no consigo situar. Oyes idiomas que nunca has oído, ves ropas que nunca has visto, caras que no te recuerdan a nada medianamente familiar. Pero se respira un buen ambiente. Nadie mira a nadie por raro que sea (menos yo, claro, que voy flipando como cuando de pequeña vi a un negro por primera vez...)
En el aeropuerto de Miami no pude evitar examinar a fondo a una familia de judíos de esos que llevan los tirabuzones a los lados de la cara, con levita, sombrero y debajo un bol de esos que se ponen en la coronilla... Él me llamó la atención, pero mucho más interés me despertó su mujer y sus hijos, aparentemente "normales", hasta que me di cuenta de que ella no abría la boca a pesar de que los agentes de aduanas le preguntaban cosas, y que siempre iba un poco detrás de su marido, cargada con dos críos y embarazada de otro. Cuando en la cola de la aduana ves eso, y detrás a unos chinos, a unos de alguna isla del pacífico, a otros negros, a otros negros pero no tanto, a algún blanco que otro, a sudamericanos, a un inglés con aires de superioridad (como siempre), a otros que hablan en ruso o algo parecido, y en medio de todo eso yo... pues es un mundo en miniatura, y eso es lo que realmente es este país, un crisol del mundo humano. 

Pero la gente es realmente amable, y los que más los blancos, los estadounidenses.  Te dicen "excuse me" cada dos por tres, sólo por pasar a tu lado, y si te ven algo perdida te preguntan qué buscas, si estás o.k, si necesitas algo. 
Pero en medio de tanto respeto, me llama mucho la atención que vayas donde vayas, encuentres carteles donde se exponen las normas de conducta del lugar. En los supermercados, en las tiendas, en los aparcamientos, en cualquier sitio. Carteles que informan que está prohibido fumar, comer o beber, gritar, aparcar en toda la puerta, robar, romper cosas, pegar a la gente, pegar a los empleados, amenazarles, llevarte el carro a tu casa, etc, etc... cosas obvias para cualquier persona medio civilizada. Pero ellos lo ponen, bien visible. No logro entenderlo aún. 
Lo que veo es que, en este país "de las libertades", todo está tremendamente normalizado, en el sentido legal de la palabra. Tienen normas para todo, todo está definido y dividido. Vas a aparcar en cualquier sitio y tienes: plazas para embarazadas, para familias con hijos, para minusválidos, para mayores, para los que van a hacer grandes compras... ufff... qué cansancio... qué poca libertad!!! A veces no sabes a qué grupo perteneces, no sabes dónde aparcar!! 

Y ellos siguen las normas a raja tabla. Y esta mañana he tenido la oportunidad de vivirlo en primera línea: 
Salíamos de casa Jana y yo, ella conducía, y dando marcha atrás para salir del garaje, nos damos un golpe y vemos que hemos chocado contra una camioneta de FedEx que iba por la calle. El conductor se baja, un negro de por lo menos 200 kilos, mira nuestro coche, mira su camioneta, coge el teléfono y llama. Llama, llama y llama sin parar. Sin haber hablado con nosotras, sin haber mediado palabra. Llama a su jefe y le cuenta. Llama a la policía y le cuenta. Nosotras esperamos a ver qué hace... Llega un policía (por cierto, en un cochazo increíble de grande y brillante, lleno de escudos y estrellas de Texas, de cámaras, parachoques, focos, luces y no se qué mas cosas), le contamos lo que ha pasado, el negro lo confirma y entonces dice que como no se ha hecho nada en la furgo, no va a dar parte al seguro, que no pasa nada, que buen día y hasta luego!!!!  Y se sube, arranca y se va por donde ha venido!!!  Yo no me lo podía creer!!! Para qué coñññño llama a todo el mundo, hace venir a la policía, se demora en su trabajo más de media hora, le pone a Jana el corazón a mil con tanto misterio... para nada!!! Pero él ha cumplido con su obligación en ese momento. Ha avisado a todos los que tenía que avisar, aunque fuera para decirles que no pasaba nada. 
Imaginad la situación: llamas a tu jefe para decirle que has tenido un golpe pero que no ha pasado NADA. Llamas a la poli para que venga y le cuentes que no ha pasado NADA... es de locos, como española, yo lo veo de locos... 

Y locos también todos los que me preguntan si soy española de España... ya van más de cuatro personas que lo han hecho:
- Ah, ¿es que eres española?
- Sí
- ¿Pero de España???
- ......

Si yo fuera de Bilbao, me vendría al pelo el chiste: yo como soy española nazco donde quiero...qué hostias!!! 








28 noviembre 2012

...Y volvemos a empezar...


Después de dos años, vuelvo a reactivar este blog... Eso significa que una vez más, me voy fuera de España...
Esta vez no me voy a una isla (bueno, es una isla pero mmuy grande, no...?), aunque sí cambio de continente.

Me voy a América.
A los Estados Unidos de América.


17 mayo 2010

Adiós, Arran...

Bueno, la estancia en esta isla se ha visto interrumpida por causas ajenas a mi voluntad, pero aunque no era mi intención marchar tan pronto, debo confesar que siento una profunda alegría por volver a mi tierra.

Lo siento por esta isla, por Escocia y por los escoceses, (aunque creo que no les importa mucho...) pero esta vez no lloraré al marchar...
He encontrado una isla preciosa, llena de parajes bellísimos, con una naturaleza abrumadora, pero humanamente desoladora. Arran es de todo menos acogedora.

Los escoceses son serios, incluso diría que son estirados. Los siento forzadamente formales. No son naturales, se comportan siempre con una corrección artificial, y si te sonríen es con una sonrisa falsa que sólo dura un segundo.

Incluso entre ellos se comportan así, dando lugar a extrañas formas de relación familiar. Los padres y los hijos se tratan como extraños, con un formalismo exagerado; y las parejas, jóvenes o viejas, son capaces (y es lo más usual) de pasar la cena entera sin dirigirse la palabra, sólo comiendo en silencio. Pocas veces o ninguna se les oye reír o mantener simplemente una conversación animada. Si varias parejas de amigos van a cenar juntas, sólo hablan de uno en uno, todo el rato están serios, hablando de cosas serias, y no dejan de decir "sorry" constantemente unos a otros, para pedirse el turno de palabra. ¡Ah, qué rollo...!

Es posible que la sala esté llena de comensales un viernes o un sábado por la noche, y oigas perfectamente el ruido de los tenedores y cuchillos chascando entre ellos. Todo es silencio. El que habla, lo hace en susurros... La mayoría come y calla...
Esta quietud sólo se rompe cuando algún individuo o mesa en particular se ha pasado con el vino (puesto que no saben beber), y entonces ya no pueden ni hablar, ni andar, ni regir. En España a lo mejor tuve suerte, pero nunca vi a un hombre maduro, de 50 ó 60 años siendo llevado por los camareros de un hotel hasta su habitación por el hecho de ir ebrio. Aquí lo he visto, más de una vez, en sólo tres meses.

Beben vino y no se levantan de la mesa hasta que no queda una gota en la botella. Nadie deja nada, ni los posos. A veces se sientan a la mesa parejas, hombres y mujeres que parecen venir directamente de la Cámara de los Lores, pijos y estirados, y salen del restaurante como auténticos pendajos borrachos, andando a trompicones y agarrándose a las paredes. No saben controlar, no saben cuándo parar. Y no se ven a sí mismos...

El alcohol es la perdición de esta gente. De 20, de 30, de 50años, da igual... he conocido a más alcohólicos aquí que en toda mi vida. El pub es el único entretenimiento cuando sales del trabajo. Si no van al pub, llegan a casa, se sientan en el sofá y se beben 10 cervezas.

Algunos de mis compañeros de trabajo dedican sus dos días libres semanales a estar borrachos. Dos días sin interrupción, día y noche, mañana y tarde. 48 horas de borrachera 'non-stop'. Y a poca gente le extraña.
A mí me espanta...

En fin, esta vez me ha dado por hablar de los problemas de alcohol de esta gente, cuando empecé por su falta de simpatía, pero es que es curioso que ni borrachos perdidos se vuelvan simpáticos y alegres. Les falta la alegría de vivir. Por eso me voy de esta isla muy contenta, porque no ha dado tiempo a que se me pegue esta tristeza (ni tampoco esta adicción...). Y me tomaré pronto una cañita bajo el sol... A la salud de aquellos que me regalaron una sonrisa de medio segundo con ojos malos. ¡Por ellos va: salud!



28 abril 2010

La entrada más superficial


Esta va a ser la entrada del blog más superficial de todas. Pero tengo ganas de hablar de ello, puesto que es algo que ha llamado mucho mi atención desde que llegué a Escocia.

Espero que a nadie le moleste el tema, porque voy a hablar de la belleza física, pura y dura.
No entraré a justificarme diciendo que la belleza está en el interior y todo eso que todos sabemos de sobra. Está más que claro que no hay que clasificar a las personas por su exterior. Dando todo esto por más que sabido, paso a exponer mis vivencias...

Los británicos son, de entre todas las nacionalidades que conozco, los menos agraciados. Pero además, con mucha diferencia respecto a los demás. Se puede decir que son feos, muy feos... (I'm sorry, es lo que vivo cada día...)

Y especialmente las mujeres.

De vez en cuando, veo algún hombre algo atractivo (aunque nunca guapo del todo), y siempre es mayor. Posiblemente no hayan sido atractivos de jóvenes, pero con la madurez adquieren cierta elegancia y pueden parecer hasta interesantes.

Pero las mujeres... lo siento, pero no hay por dónde cogerlas...

Son los rasgos faciales, sus proporciones, el color y la textura de la piel, la fisonomía del cuerpo en general y sus proporciones, el cabello, su calidad y cantidad, la forma de andar y moverse... es todo.

Independientemente de su belleza, o fealdad, las mujeres en Escocia visten fatal. Van mal peinadas, mal maquilladas si llevan maquillaje, llevan ropa de mala calidad y no se preocupan en absoluto por su apariencia, o al menos eso es lo que parece.

Trabajo en un hotel de lujo, donde la clientela suele ser de alto nivel económico, y a pesar de ello, muchas, pero muchas parejas visten de la siguiente forma:

-Él: pantalón de pinzas, zapatos limpios, camisa, a veces corbata y chaqueta o chaquetón. Suelen llevar bien el cabello (cortado, limpio, peinado...) y van bien afeitados.

-Ella: Chándal del mercadillo con zapatos horribles (sí, chándal con zapatos, a veces de tacón, a veces sandalias, incluso en febrero), en ocasiones con los faldones de la camiseta salidos y/o con las bragas asomando por detrás... El pelo tal cual amaneció, como si no supieran lo que es un peine, y la mayoría de las veces con tintes caseros que muestran las raíces del cabello y que señalan que hace varios meses que ocurre esto. Si va maquillada, suele llevar un carmín demasiado llamativo, que no respeta los límites de los labios, y coloretes tipo muñeca de porcelana.
La cosa empeora (¡sí, puede empeorar!) si la señora o chica va de fiesta. Si quieren ir arregladas, tengan la edad que tengan y las condiciones físicas que tengan (lo mismo dan 50 kilos que 90), la susodicha se embute en una mini funda-vestido de algún color llamativo (verde, rosa, amarillo fosforito) y/o enormes estampados de terrible combinación, volantes, colgajos, mangas de farolillo, encajes, transparencias...), y lo acompaña de los tacones más altos que encontró en la tienda, peguen o no con el conjunto, y sepa o no andar con ellos... Remata el equipo con toda la bisutería que encontró en el todo a cien de la esquina (cuanto más grandes y más ruido hagan los pendientes, pulseras y collares, mucho mejor), y con el maquillaje más carnavalesco que fue capaz de hacerse... En muchos de estos casos, el pelo se lo recoge en un moño improvisado y desastroso con la pinza que yo uso para no mojarme el pelo en la ducha... (es decir, del todo a cien, fea y cutre).
Y así está lista para irse de boda... (¡...!)

Me llama la atención que, precisamente cuando necesitas cuidar mucho tu aspecto, (ya que la naturaleza no te ha dotado de ninguna gracia, sino todo lo contrario), dejes de lado esta faceta y te vistas y arregles de cualquier forma.

Claro que, como en el reino de los ciegos el tuerto es el rey, lo más probable es que no sean conscientes de su fealdad; y no sepan que la belleza no fue repartida equitativamente en el mundo, y que ellos fueron los grandes olvidados en este reparto...

Repito una vez más, por si a alguien no le ha quedado claro, que la belleza física no es nada sino fachada, pero a veces veo parejas que me fascinan por la diferencia entre él y ella: Él puede pasar por un hombre normal o normalucho, a veces un poco feo. Pero cuando ella es realmente llamativa por lo poco agraciada, y no puedes evitar mirarla... Simplemente llama mi atención, y la de mis compañeros extranjeros.

La mujer más guapa que he visto en este tiempo, en la isla y en el hotel, es una señora india de unos 50 años, y que en otras circunstancias no hubiese fijado mi atención en ella, pero que ahora, en este mar de fealdad, me pareció (nos pareció) una auténtica Venus del Olimpo... Qué rasgos, qué piel, qué elegancia en el vestir, en el andar, en el hablar... Todo el restaurante enamorado de ella, sin quitarle ojo...

Y esto es todo lo que tengo que decir sobre esta cruda realidad. Cuando vuelva por España, todos me pareceréis reyes y reinas de la belleza, y es que realmente lo sois.






25 marzo 2010

Arran


El otro día, por fin, le di la vuelta a media isla, por la parte norte. La parte sur me la dejo para más adelante, y así me queda algo nuevo por descubrir desde la carretera...

Arran es una isla curiosa. Tiene 30 kilómetros de largo por 16 de ancho, y forma de riñón, bastante regular. La llaman la Escocia en miniatura, porque tiene todos los tipos de paisajes que caracterizan al resto del país.
Está partida en dos por la falla de las Highlands, que va desde Edimburgo, en la costa este, hasta aquí. Por eso, la parte norte está formada por higlands o tierras altas: profundos valles glaciares (llamados "glen") y altas montañas de granito ("beinn") de hasta 870 metros de altura, lagos y lagunas ("loch") y costas escarpadas. En cambio, el sur es mucho menos abrupto, con montañas bajas y suaves, y grandes llanuras para el pasto de ovejas, típico paisaje de las lowlands o tierras bajas escocesas, del sur del país.

Sólo hay una carretera que bordea la isla, y otra más, la string (la cuerda), que la cruza de este a oeste. La capital es Brodick, donde vivo, que tiene unos mil habitantes, aunque yo creo que somos unos pocos más, porque aún después de un mes aquí, me encuentro con caras nuevas en la calle y en los comercios.
En Brodick tenemos: dos supermercados, una tienda de ropa de montaña, una panadería, farmacia, correos, un par de tiendas de souvenirs y regalos, una biblioteca, un centro de salud y dos bancos. Se acabó. En el resto de los pueblos de la isla, como mucho, hay un súper, un banco y correos. ¡Tengo suerte!
Brodick vive claramente del turismo. La mayoría de las casas particulares son bed and breakfast, y también está Auchrranie, donde trabajamos unas 150 personas, es decir, que es la primera industria del pueblo y de parte de la isla, porque vienen a trabajar desde varios pueblos del otro lado.
En la isla, como actividades importantes, también hay una destilería de whisky (cómo no, estamos en Escocia...), una de cervezas, una quesería y una fábrica de cosméticos naturales. Punto. Lo demás, como digo, son establecimientos familiares de hostelería, y granjas de ovejas.

No hay puertos pesqueros, cosa que me extraña muchísimo. En general, casi no hay puertos. Aquí en Brodick, llaman puerto a la desembocadura de un río donde hay varados cuatro barcos. Literalmente, son cuatro. Ni uno más. Y todos de recreo. O sea que a pesar de ser una isla, parece ser que lo de navegar no les va mucho. Cosa rara, ¿no?

Brodick tiene un castillo que perteneció (y creo que pertenece) a los Duques de Hamilton. Aquí tienen especial adoración por esta familia noble. Parece como si les debieran algo. Es posible que así sea, no conozco la historia. Este castillo no es especialmente antiguo, pero parece que ha sido reconstruido varias veces. En Lochranza, un pueblo al norte, hay un típico castillo escocés, ruinoso y destrozado, que personalmente, me gusta mucho más. Lo de Brodick es más bien un palacio.

Brodick tiene bastante vida, porque es donde atraca el ferry que viene de tierra firme. Aquí se descarga todo lo que viene de fuera, y se embarca todo lo que sale, por lo que cada vez que llega el ferry, hay un gran movimiento de camiones, coches, y gente yendo y viniendo... La verdad es que es una alegría ver por la ventana de mi casa cómo llega y se va el barco, te da la sensación de estar en una isla, pero no en una isla tan perdida.

Desde mi ventana veo, en primer plano, un campo de golf, después una playa, el mar, y cuando se deja ver, tierra firme. Veo también, a la izquierda, el castillo, que asoma entre un bosque de árboles enormes y viejos, y a la derecha, el centro del pueblo, si es que se le puede llamar así, porque estos pueblos no tienen centro, está todo bastante desperdigado. Lo de las plazas y las calles mayores es cosa de climas más cálidos.

Por la ventana que tengo en el techo abuhardillado, veo el Glen Cloy, el valle que tengo detrás de casa, donde está Auchrranie (que por cierto es de su propiedad casi por completo), y que hasta hace poco tenía las montañas nevadas. Es un valle precioso que aún tengo por descubrir. Como la semana que viene me voy a comprar una bici, va a ser lo primero que voy a hacer con ella, llegar hasta el fondo del Cloy y ponerme debajo de las montañas.




16 febrero 2010

La nueva Isla de Titi


La Isla se cambia de sitio, como la de Lost... :D

Parece que tengo una especie de atracción hacia las islas. Pues mejor, por que así no tengo que cambiar el nombre del blog.

La nueva isla de Titi está ahora frente a las costas occidentales de Escocia. Se llama Arran. Es más pequeña que Ibiza, y tan sólo tiene unos 4.000 habitantes. Ovejas, destilerías y turismo local en verano. Un sitio tranquilo.

...Ahora les toca a los escoceses... :)

18 agosto 2009

The call


Siento cambiar de tema repentinamente y sin haber dicho nada interesante sobre la playa española, pero es que Islandia me llama de nuevo...
...y no sé qué hacer... El frío y la oscuridad del invierno me echan para atrás, y lo mismo puedo decir de los islandeses, glaciares y altivos... Pero La Isla tiene un gran poder sobre mí, y me llaman desde allí, me ofrecen trabajo (sin haberlo buscado, que es lo más llamativo, y mucho más dentro de esta etapa económica tan mala que cruzamos muchos, personas y países).................... y la duda se apodera de mí...
Muchas son las razones para volver... Fui allí sin nada entre las manos, sin trabajo, sin casa, sin amigos; y volví con las manos llenas de buenas personas y de momentos inolvidables de por vida. Ya conozco un poco el idioma, me apaño con los indígenas y he aprendido a patinar sobre nieve por las calles... Sé comoportarme entre ellos las noches de fiesta, y me desenvuelvo con facilidad con los críos, y eso que son canela en rama, más cerca de un extraterrestre que de un humano, sin lugar a dudas...
Pero como he dicho antes, también hay muchas razones para no volver. Plantearme pasar un invierno entero, otra vez, me da un poco de vértigo, o a lo mejor claustrofobia, un poco... El primer invierno todo es nuevo, cada día es un pequeño descubrimiento: los tipos de nevadas, las ventiscas, las auroras boreales, los cielos, con sus nubes y sus colores, los paisajes de hielo, el aprender a estar en casa mucho tiempo, el patinar sobre las aceras, la sensación de frío, de más frío y de muchísimo frío, las artimañas para combatirlo...cada día es una pequeña aventura. Pero me da la impresión de que la segunda vez no puede ser igual. Me da miedo verme un día oscuro y frío, mirando por la ventana de mi habitación y preguntándome por qué estoy tan lejos de mi casa... Y es posible que eso no pase, pero por ahora prefiero ahorrarme la ocasión, pues quien la evita, evita el peligro.
Así que aparco la tentación y sigo con mis planes primigenios. Islandia siempre estará ahí.