24 abril 2009

Me gusta...

Como prometí en la última entrada, voy a contar cosas buenas, que haberlas, haylas...

Me gustan las duchas. Poder ducharte durante quince minutos sin pensar en el agua que gastas. Abrir el grifo y que salga algua caliente, muy caliente, sin tener calentador en casa. Abrir el agua fría y que salga algua mineral, y tan fría como salida de la nevera. 
Me gusta la puntualidad de los autobuses urbanos. Son tan puntuales que a veces tienen que parar un par de minutos en una parada porque van adelantados. 
Me gusta cómo respetan las señales de tráfico, y lo poco que corren con los coches. 
Me gusta la tranquilidad que se respira incluso en la ciudad. Los coches no pitan, la gente no grita, las obras apenas hacen ruido, no hay motos. 
Me gusta cómo la gente cuida los espacios comunes. Cómo cuidan los jardines de sus casas y cómo las iluminan con guirnaldas de lucecitas durante el oscuro invierno. 
Me gusta la poca burocracia que hay. Cómo en un sólo viaje a una oficina arreglas los papeleos que en España te llevarían más de una mañana. Que no hay colas en ningún sitio, y que dando tu kennitala (tu número personal), es suficiente para hacer cualquier gestión. 
Me gustan las piscinas, y cómo la gente se comporta en ellas. La impoluta limpieza de todas sus instalaciones y las comodidades que te ofrecen. Y su precio. 
Me gusta poder dejar la puerta de mi casa abierta, y no tener que sacar la llave cuando vengo de la calle con los guantes puestos. 
Me gusta que la gente deje los carritos con los bebés en la puerta de las tiendas y restaurantes, sin preocuparse por nada. 
Me gusta quitarme los zapatos para entrar en las casas, en el colegio donde trabajo y en muchos más lugares. 
Me gusta que esté prohibido fumar en ningún local, sea restaurante o bar de copas. Que llegues a casa y no te huela toda la ropa a tabaco. 
Me gustan los grandes ventanales de las casas, y en especial, el de mi habitación, con vistas al Esja y a la isla de Videy. Me gusta que la ventana de mi habitación esté rota para poder abrirla del todo y sacar la cabeza antes de acostarme, para ver si hay auroras. 
Me gusta la calefacción de las casas. Me gusta poder ir en manga corta por mi casa sin preocuparme de la factura. Me gusta ver nevar desde mi cuarto mientras yo estoy a 20 grados de temperatura. 
Me gusta que no haya ejército  y que la policía no tenga armas. 
Me gusta que todo el mundo sepa hablar inglés...
Me gusta que la ropa se seque en 3 ó 4 horas. 
Me gusta lo limpio que está el aire. 
Me gusta la gente extranjera que he encontrado aquí y cómo te arropan. 
Me gusta el salmón, lo bueno que está y lo barato que es. 
Me gusta la leche y la mantequilla, el skyr (yogur) y la repostería. 
Me gusta que no doblen las películas para poder verlas en el cine. 
Me gusta lo fácil que es aprenderse Reykjavík. 
 
Pero lo que más, lo que más, lo que más me gusta de Islandia, es Islandia...
 
Es una isla mágica, magnética, única, inexplicable... No me canso de admirar sus paisajes, sus cielos, sus noches y sus días. Los fenómenos atmosféricos y los cambios de luz. El alargamiento de los días, las auroras boreales en las heladas noches de invierno, los interminables días de verano... La soledad de los remotos rincones de la isla... Los volcanes y las montañas humenates. La sensación fabulosa de que eres el primer ser humano que pisa un trozo de tierra... Sentirte una hormiguita en el universo cuando observas un imponente glaciar, una cascada o un fiordo deshabitado por completo... Todo esto te hace olvidarte del resto del mundo, es como darle al pause en el tiempo, como si la tierra dejase de girar... 
La pureza del aire, que te permite ver con claridad una montaña que se encuentra a 200 kilómetros de distancia. El silencio, los pájaros y la extraña quietud del mar, que a veces es un espejo... 

Me gusta imaginarme a los primeros visitantes de la isla, aquellos vikingos de hace mil años, cuando vieron por primera vez la tierra echando humo, el geyser, o las murallas de columnas de basalto. 

¿Qué pensaron? 

1 comentario:

maría dijo...

Pues yo pienso que parece que lo he escrito yo. Tienes razón en TODO. Y para alguien como yo, con mis problemas de salud por culpa de los químicos presentes en productos comunes de uso diario, Islandia es la utopía.
Yo sólo le quitaría un poco de frío y de oscuridad en lo más hondo del invierno y le daría un poco más de semanas de calorcillo.. :)
Tengo tantas ganas de volver! Allí me siento BIEN.
Gracias por seguir escribiendo :)
Ah... escribo esto mientras estáis todos de fiesta :D